Cuantas canciones podía componer de este momento, cuantas historias he escrito para llegar hasta aquí y tener frente a mi todo lo que temo y amaba a la vez. Nos encontramos en una boda y en el entierro de mi primo, nos hemos visto dos veces en estos últimos años y aun siento que mi conciencia no esta tranquila
-¿cómo va la pierna?-
Su primera pregunta me hizo aun más recordar todo lo pasado pero mi recuperación iba muy bien, prácticamente la muleta y bastón que eran mis acompañantes diarios ya no los gastaba cuanto apenas.
- Bien, prácticamente recuperado-
Deseaba que me tragara la tierra, pero por más que lo intentaba no conseguía que me engullera
-¿Quién es Noe?
Si era difícil enfretarme a Noe o a Olympia a solas peor era la situación que tenia enfrente de mí, quizá las dos personas que más quiero frente a mí, y con no muy buenas opiniones de mí
- ¿Jaime? ¿Qué haces aquí?- me pregunto – Olympia
- Queria hablar contigo, pero no pasa nada vuelto otro día, tranquila
- No déjalo, yo me voy ya. No pasa nada. Olympia en otro momento hablamos ¿vale?
Me sabia mal esta situación, pero ella se me había adelantado a lo de irse
- Si tranquila Noe, ya nos llamamos
Yo aún estaba fuera de la casa cuando Noe salía con sus cosas de la casa de mi amiga, ver como se marchaba sin más, sin nada más. ¿me habría perdonado? ¿Oh habría olvidado?
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